Reina Valera Gómez 1Aleluya. Alabad a Jehová, porque Él es bueno; porque para siempre es su misericordia. 2¿Quién expresará las proezas de Jehová? ¿Quién contará sus alabanzas? 3Dichosos los que guardan juicio, los que hacen justicia en todo tiempo. 4Acuérdate de mí, oh Jehová, según tu benevolencia para con tu pueblo; visítame con tu salvación; 5para que yo vea el bien de tus escogidos, para que me goce en la alegría de tu gente, y me gloríe con tu heredad. 6Pecamos como nuestros padres, hicimos iniquidad, hicimos impiedad. 7Nuestros padres en Egipto no entendieron tus maravillas; no se acordaron de la muchedumbre de tus misericordias; sino que se rebelaron junto al mar, el Mar Rojo. 8No obstante, Él los salvó por amor de su nombre, para hacer notoria su fortaleza; 9y reprendió al Mar Rojo, y lo secó; y les llevó por el abismo, como por un desierto; 10y los salvó de mano del enemigo, y los rescató de mano del adversario. 11Cubrieron las aguas a sus enemigos; no quedó ni uno de ellos. 12Entonces creyeron a sus palabras, y cantaron su alabanza. 13Pero pronto se olvidaron de sus obras; no esperaron su consejo. 14Y ardieron de deseo en el desierto; y tentaron a Dios en la soledad. 15Y Él les dio lo que pidieron; mas envió flaqueza en sus almas. 16Tuvieron envidia de Moisés en el campamento, y de Aarón, el santo de Jehová. 17Se abrió la tierra, y tragó a Datán, y cubrió la compañía de Abiram. 18Y se encendió el fuego en su junta; la llama quemó a los impíos. 19Hicieron becerro en Horeb, y adoraron una imagen de fundición. 20Así cambiaron su gloria por la imagen de un buey que come hierba. 21Se olvidaron de Dios su Salvador, que había hecho grandezas en Egipto; 22Maravillas en la tierra de Cam, cosas formidables sobre el Mar Rojo. 23Y dijo que los hubiera destruido, de no haberse interpuesto Moisés su escogido ante Él en la brecha, a fin de apartar su ira, para que no los destruyese. 24Pero aborrecieron la tierra deseable; no creyeron a su palabra; 25Antes murmuraron en sus tiendas, y no oyeron la voz de Jehová. 26Por lo que alzó su mano contra ellos, para derrocarlos en el desierto, 27y humillar su simiente entre las naciones, y esparcirlos por las tierras. 28Se unieron también a Baal-peor, y comieron los sacrificios de los muertos. 29Provocaron la ira de Dios con sus obras, y se desató entre ellos la mortandad. 30Entonces se levantó Finees, e hizo juicio; y se detuvo la plaga. 31Y le fue contado por justicia, de generación en generación para siempre. 32También le irritaron en las aguas de Meriba; y le fue mal a Moisés por causa de ellos; 33Porque hicieron que el espíritu de Moisés se rebelase, haciéndole hablar precipitadamente con sus labios. 34No destruyeron a los pueblos que Jehová les dijo; 35Antes se mezclaron con las naciones, y aprendieron sus obras. 36Y sirvieron a sus ídolos; los cuales les fueron por lazo. 37Y sacrificaron sus hijos y sus hijas a los demonios; 38y derramaron la sangre inocente, la sangre de sus hijos y de sus hijas, que sacrificaron a los ídolos de Canaán; y la tierra fue contaminada con sangre. 39Así se contaminaron con sus obras, y se prostituyeron con sus hechos. 40Por tanto, la ira de Jehová se encendió contra su pueblo, tanto, que aborreció a su propia heredad; 41y los entregó en poder de las naciones, y se enseñorearon de ellos los que los aborrecían. 42Y sus enemigos los oprimieron, y fueron quebrantados debajo de su mano. 43Muchas veces los libró; mas ellos se rebelaron contra su consejo y fueron humillados por su iniquidad. 44Con todo, Él miraba cuando estaban en angustia, y oía su clamor: 45Y se acordaba de su pacto con ellos, y se arrepentía conforme a la muchedumbre de sus misericordias. 46Hizo asimismo que tuviesen misericordia de ellos todos los que los tenían cautivos. 47Sálvanos, Jehová Dios nuestro, y reúnenos de entre las naciones, para que alabemos tu santo nombre, para que nos gloriemos en tus alabanzas. 48Bendito Jehová Dios de Israel, desde la eternidad y hasta la eternidad; y diga todo el pueblo: Amén. Aleluya. |