Reina Valera Gómez 1Alabad a Jehová, porque Él es bueno; porque para siempre es su misericordia. 2Díganlo los redimidos de Jehová, los que ha redimido del poder del enemigo, 3y los ha congregado de las tierras; del oriente y del occidente, del norte y del sur. 4Anduvieron perdidos por el desierto, por la soledad sin camino, sin hallar ciudad en donde morar. 5Hambrientos y sedientos, su alma desfallecía en ellos. 6Pero clamaron a Jehová en su angustia, y Él los libró de sus aflicciones; 7y los dirigió por camino derecho, para que viniesen a una ciudad en la cual morar. 8Alaben la misericordia de Jehová, y sus maravillas para con los hijos de los hombres. 9Porque Él sacia al alma sedienta, y llena de bien al alma hambrienta. 10Los que moraban en tinieblas y sombra de muerte, aprisionados en aflicción y en hierros; 11Por cuanto fueron rebeldes a las palabras de Jehová, y aborrecieron el consejo del Altísimo. 12Por lo que quebrantó con trabajo sus corazones, cayeron y no hubo quien les ayudase; 13entonces clamaron a Jehová en su angustia, y Él los libró de sus aflicciones. 14Los sacó de las tinieblas y de la sombra de muerte, y rompió sus prisiones. 15Alaben la misericordia de Jehová, y sus maravillas para con los hijos de los hombres. 16Porque quebrantó las puertas de bronce, y desmenuzó los cerrojos de hierro. 17Los insensatos, a causa del camino de su rebelión y a causa de sus maldades, fueron afligidos. 18Su alma abominó todo alimento, y llegaron hasta las puertas de la muerte. 19Pero clamaron a Jehová en su angustia, y Él los libró de sus aflicciones. 20Envió su palabra, y los sanó, y los libró de su ruina. 21Alaben la misericordia de Jehová, y sus maravillas para con los hijos de los hombres; 22y ofrezcan sacrificios de acción de gracias, y publiquen sus obras con júbilo. 23Los que descienden al mar en navíos, y hacen negocio en las muchas aguas, 24ellos han visto las obras de Jehová, y sus maravillas en las profundidades. 25Porque Él habló, e hizo levantar el viento tempestuoso, que encrespa las olas. 26Suben a los cielos, descienden a los abismos; sus almas se derriten con el mal. 27Tiemblan, y titubean como borrachos, y toda su destreza es inútil. 28Entonces claman a Jehová en su angustia, y Él los libra de sus aflicciones. 29Él cambia la tormenta en calma, y se apaciguan sus olas. 30Se alegran luego porque se aquietaron; y así Él los guía al puerto anhelado. 31Alaben la misericordia de Jehová, y sus maravillas para con los hijos de los hombres. 32Exáltenlo en la congregación del pueblo; y alábenlo en la reunión de los ancianos. 33Él convierte los ríos en desierto, y los manantiales de las aguas en sequedales; 34la tierra fructífera en yermo, por la maldad de los que la habitan. 35Vuelve el desierto en estanques de aguas, y la tierra seca en manantiales. 36Y hace que allí habiten los hambrientos, para que dispongan ciudad donde morar; 37y siembran campos, y plantan viñas, y rinden abundante fruto. 38Y los bendice, y se multiplican en gran manera; y no disminuye su ganado. 39Y luego son menoscabados y abatidos a causa de tiranía, de males y congojas. 40Él derrama menosprecio sobre los príncipes, y les hace andar errantes, vagabundos y sin camino: 41Él levanta de la miseria al pobre, y hace multiplicar las familias como rebaños de ovejas. 42Véanlo los rectos, y alégrense; y toda maldad cierre su boca. 43¿Quién es sabio y guardará estas cosas, y entenderá las misericordias de Jehová? |