Reina Valera Gómez 1Hermanos míos, no tengáis la fe de nuestro glorioso Señor Jesucristo, en acepción de personas.
2Porque si en vuestra congregación entra un hombre con anillo de oro, con ropa fina, y también entra un pobre vestido en harapos,
3y miráis con agrado al que trae ropa fina, y le decís: Siéntate tú aquí en buen lugar; y dijeres al pobre: Estate tú allí en pie, o siéntate aquí bajo mi estrado;
4¿no sois parciales en vosotros mismos, y venís a ser jueces de malos pensamientos?
5Hermanos míos amados, oíd: ¿No ha escogido Dios a los pobres de este mundo, ricos en fe y herederos del reino que ha prometido a los que le aman?
6Pero vosotros habéis menospreciado al pobre. ¿No os oprimen los ricos, y os arrastran a los juzgados?
7¿No blasfeman ellos el buen nombre por el cual sois llamados? 8Si en verdad cumplís la ley real, conforme a la Escritura: Amarás a tu prójimo como a ti mismo, bien hacéis; 9pero si hacéis acepción de personas, cometéis pecado, y sois convictos por la ley como transgresores. 10Porque cualquiera que guardare toda la ley, pero ofendiere en un punto, se hace culpable de todos. 11Porque el que dijo: No cometerás adulterio, también dijo: No matarás. Ahora bien, si no cometes adulterio, pero matas, ya te has hecho transgresor de la ley. 12Así hablad, y así haced, como los que habéis de ser juzgados por la ley de la libertad. 13Porque juicio sin misericordia se hará con aquel que no hiciere misericordia; y la misericordia se gloría contra el juicio. 14Hermanos míos, ¿qué aprovechará si alguno dice que tiene fe, y no tiene obras? ¿Podrá la fe salvarle? 15Y si el hermano o la hermana están desnudos, y tienen necesidad del mantenimiento de cada día, 16y alguno de vosotros les dice: Id en paz, calentaos y saciaos; pero no les da lo que necesitan para el cuerpo, ¿de qué aprovechará? 17Así también la fe, si no tiene obras, es muerta en sí misma. 18Pero alguno dirá: Tú tienes fe, y yo tengo obras; muéstrame tu fe sin tus obras, y yo te mostraré mi fe por mis obras. 19Tú crees que hay un Dios; bien haces; también los demonios creen y tiemblan. 20¿Mas quieres saber, oh hombre vano, que la fe sin obras es muerta? 21¿No fue justificado por las obras, Abraham nuestro padre, cuando ofreció a su hijo Isaac sobre el altar? 22¿No ves que la fe actuó con sus obras, y que la fe fue perfeccionada por las obras? 23Y se cumplió la Escritura que dice: Abraham creyó a Dios, y le fue imputado por justicia, y fue llamado: Amigo de Dios. 24Vosotros veis, pues, que el hombre es justificado por las obras, y no solamente por la fe. 25Asimismo también Rahab la ramera, ¿no fue justificada por obras, cuando recibió a los mensajeros y los envió por otro camino? 26Porque como el cuerpo sin el espíritu está muerto, así también la fe sin obras está muerta. |