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Job 6
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Reina-Valera 1909 con números de Strong
1
Y RESPONDIÓ
Job
y dijo:
2
¡Oh
si pesasen
al justo
mi queja
y mi tormento,
y se alzasen
igualmente
en balanza!
3
Porque
pesaría aquél más que la arena
del mar:
y por
tanto mis palabras
son cortadas.
4
Porque
las saetas
del Todopoderoso
están en mí, cuyo veneno
bebe
mi espíritu;
y terrores de Dios
me combaten.
5
¿Acaso gime
el asno montés
junto
á la hierba?
¿muge
el buey
junto
á su pasto?
6
¿Comeráse
lo desabrido
sin
sal?
¿ó habrá
gusto
en la clara
del huevo?
7
Las cosas que mi alma
no quería tocar, por los dolores son mi comida.
8
¡Quién
me diera
que viniese
mi petición,
y que Dios
me
otorgase
lo que espero;
9
Y que pluguiera á Dios
quebrantarme;
que soltara
su mano,
y me deshiciera!
10
Y sería
aún
mi consuelo,
si me asaltase
con dolor
sin
dar más tregua,
que
yo no
he escondido
las palabras
del Santo.
11
¿Cuál
es mi fortaleza
para
esperar
aún? ¿y cuál
mi fin
para
dilatar mi vida?
12
¿Es mi fortaleza
la de las piedras?
¿ó
mi carne,
es de acero?
13
¿No me ayudo cuanto puedo, y el poder me
falta del todo?
14
El atribulado
es consolado
de su compañero: mas hase abandonado el temor
del Omnipotente.
15
Mis hermanos
han mentido
cual arroyo:
pasáronse
como
corrientes impetuosas,
16
Que están escondidas
por
la helada,
y encubiertas
con nieve;
17
Que al tiempo
del calor
son deshechas,
y en calentándose, desaparecen
de su lugar;
18
Apártanse
de la senda
de su rumbo,
van
menguando
y piérdense.
19
Miraron
los caminantes
de Temán,
los caminantes
de Saba esperaron
en ellas:
20
Mas
fueron avergonzados
por su esperanza;
porque vinieron
hasta
ellas, y halláronse confusos.
21
Ahora
ciertamente
como ellas sois
vosotros: que habéis visto
el tormento,
y teméis.
22
¿Os he dicho
yo: Traedme,
y pagad
por
mí de vuestra hacienda;
23
Y libradme
de la mano
del opresor,
y redimidme
del poder
de los violentos?
24
Enseñadme,
y yo
callaré:
y hacedme entender
en qué
he errado.
25
¡Cuán
fuertes son las palabras
de rectitud! Mas ¿qué
reprende
el que reprende
de vosotros?
26
¿Pensáis
censurar
palabras,
y los discursos
de un desesperado,
que son como el viento?
27
También
os arrojáis
sobre
el huérfano,
y hacéis
hoyo delante de vuestro amigo.
28
Ahora
pues, si queréis,
mirad en mí, y
ved
si
miento
delante de
vosotros.
29
Tornad
ahora,
y no
haya
iniquidad;
volved
aún
á considerar
mi justicia
en esto.
30
¿Hay
iniquidad
en mi lengua?
¿no
puede mi paladar
discernir
las cosas depravadas?
Reina-Valera 1909 con números de Strong. Cortesía de Rubén Gómez. Utilizado con permiso.
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