Reina Valera Gómez 1Recorred las calles de Jerusalén, y mirad ahora, y sabed, y buscad en sus plazas si podéis hallar algún hombre, si hay alguno que haga juicio, que busque verdad; y yo la perdonaré. 2Y aunque digan: Vive Jehová; ciertamente juran falsamente. 3Oh Jehová, ¿no miran tus ojos a la verdad? Los azotaste, y no les dolió; los consumiste, pero no quisieron recibir corrección; endurecieron sus rostros más que la piedra, no quisieron arrepentirse. 4Pero yo dije: Ciertamente ellos son pobres, han enloquecido, pues no conocen el camino de Jehová, el juicio de su Dios. 5Me iré a los grandes, y les hablaré; porque ellos conocen el camino de Jehová, el juicio de su Dios. Pero ellos también quebraron el yugo y rompieron las coyundas. 6Por tanto, el león de la selva los herirá, los destruirá el lobo del desierto, el leopardo acechará sobre sus ciudades; cualquiera que de ellas saliere, será despedazado: porque sus rebeliones se han multiplicado, se han aumentado sus deslealtades. 7¿Cómo te he de perdonar por esto? Tus hijos me dejaron, y juraron por lo que no es Dios. Los sacié, y adulteraron, y en casa de rameras se juntaron en compañías. 8Como caballos bien alimentados de mañana, cada cual relinchaba tras la esposa de su prójimo. 9¿No he de castigar por esto? dice Jehová. De una gente como ésta ¿no se ha de vengar mi alma? 10Escalad sus muros, y destruid; mas no hagáis consumación: quitad las almenas de sus muros, porque no son de Jehová. 11Porque obstinadamente se rebelaron contra mí la casa de Israel y la casa de Judá, dice Jehová. 12Negaron a Jehová, y dijeron: Él no es, y no vendrá mal sobre nosotros, ni veremos espada ni hambre; 13y los profetas serán como el viento, y no hay en ellos palabra; así se hará a ellos. 14Por tanto, así dice Jehová Dios de los ejércitos: Porque hablasteis esta palabra, he aquí yo pongo mis palabras en tu boca por fuego, y a este pueblo por leña, y los consumirá. 15He aquí yo traigo sobre vosotros gente de lejos, oh casa de Israel, dice Jehová; gente robusta, gente antigua, gente cuya lengua ignorarás, y no entenderás lo que hablare. 16Su aljaba es como sepulcro abierto, todos ellos son valientes. 17Y comerán tu mies y tu pan, que habían de comer tus hijos y tus hijas; comerán tus ovejas y tus vacas, comerán tus viñas y tus higueras; y espada destruirán tus ciudades fortificadas en que tú confías. 18Mas en aquellos días, dice Jehová, no os destruiré del todo. 19Y será que cuando dijereis: ¿Por qué Jehová el Dios nuestro hace con nosotros todas estas cosas?, entonces les dirás: De la manera que me dejasteis a mí, y servisteis a dioses ajenos en vuestra tierra así serviréis a extraños en tierra ajena. 20Anunciad esto en la casa de Jacob, y haced que esto se oiga en Judá, diciendo: 21Oíd ahora esto, pueblo necio y sin corazón, que tiene ojos y no ve, que tiene oídos y no oye. 22¿A mí no me temeréis? dice Jehová; ¿no os amedrentaréis ante mi presencia, que al mar puse arena por término, por ordenación eterna, la cual no quebrantará? Se levantarán tempestades, mas no prevalecerán; bramarán sus ondas, mas no lo pasarán. 23Pero este pueblo tiene corazón falso y rebelde; se volvieron y se fueron. 24Y no dijeron en su corazón: Temamos ahora a Jehová Dios nuestro, que da lluvia temprana y tardía en su tiempo; Él nos guarda los tiempos establecidos de la siega. 25Vuestras iniquidades han estorbado estas cosas; y vuestros pecados detuvieron de vosotros el bien. 26Porque fueron hallados en mi pueblo hombres impíos; acechan como quien pone lazos; ponen trampa para cazar hombres. 27Como jaula llena de pájaros, así están sus casas llenas de engaño: así se hicieron grandes y ricos. 28Engordaron y se pusieron lustrosos, y sobrepasaron los hechos del malo; no juzgaron la causa, la causa del huérfano; con todo, se hicieron prósperos, y la causa de los pobres no juzgaron. 29¿No he de castigar por esto? dice Jehová; ¿y de tal nación no se vengará mi alma? 30Cosa espantosa y fea es hecha en la tierra; 31los profetas profetizaron mentira, y los sacerdotes dirigían por su propia mano; y mi pueblo así lo quiso. ¿Qué, pues, haréis al final de esto? |