Reina Valera Gómez 1«Al Músico principal: Salmo: Cántico de David» A ti es plácida la alabanza en Sión, oh Dios; y a ti se pagarán los votos. 2Tú oyes la oración; a ti vendrá toda carne. 3Iniquidades prevalecen contra mí; mas tú perdonarás nuestras transgresiones. 4Bienaventurado el que tú escogieres, e hicieres acercarse a ti, para que habite en tus atrios. Seremos saciados del bien de tu casa, de tu santo templo. 5Con tremendas cosas, en justicia, nos responderás tú, oh Dios de nuestra salvación, esperanza de todos los términos de la tierra, y de los más remotos confines del mar. 6Tú, el que afirma los montes con su poder, ceñido de valentía: 7El que calma el estruendo de los mares, el estruendo de sus ondas, y el alboroto de las naciones. 8Por tanto, los moradores de los fines de la tierra temen de tus maravillas. Tú haces que se alegren las salidas de la mañana y de la tarde. 9Visitas la tierra, y la riegas: En gran manera la enriqueces con el río de Dios, que está lleno de aguas; preparas el grano de ellos, cuando así la dispones. 10Haces que se empapen sus surcos, haces descender sus canales; la ablandas con lluvias, bendices sus renuevos. 11Tú coronas el año con tu bondad; y tus nubes destilan grosura. 12Destilan sobre los pastizales del desierto; y los collados se ciñen de alegría. 13Los prados se visten de rebaños, y los valles se cubren de grano; dan voces de júbilo, y aun cantan. |