Nueva Biblia Latinoamericana 1Pasado el día de reposo, María Magdalena, María, la madre de Jacobo (Santiago), y Salomé, compraron especias aromáticas para ir a ungir el cuerpo de Jesús.
2Muy de mañana, el primer día de la semana, llegaron al sepulcro cuando el sol ya había salido.
3Y se decían unas a otras: "¿Quién nos removerá la piedra de la entrada del sepulcro?"
4Cuando levantaron los ojos, vieron que la piedra, aunque era sumamente grande, había sido removida.
5Entrando en el sepulcro, vieron a un joven sentado al lado derecho, vestido con ropaje blanco; y ellas se asustaron.
6Pero él les dijo: "No se asusten; ustedes buscan a Jesús el Nazareno, el que fue crucificado. Ha resucitado, no está aquí; miren el lugar donde Lo pusieron.
7"Pero vayan, digan a Sus discípulos y a Pedro: 'El va delante de ustedes a Galilea; allí Lo verán, tal como les dijo.'"
8Y saliendo ellas, huyeron del sepulcro, porque un gran temblor y espanto se había apoderado de ellas; y no dijeron nada a nadie porque tenían miedo. 9Después de haber resucitado, muy temprano el primer día de la semana, Jesús se apareció primero a María Magdalena, de la que había echado fuera siete demonios. 10Y ella fue y se lo comunicó a los que habían estado con El, que estaban lamentándose y llorando. 11Cuando ellos oyeron que Jesús estaba vivo y que ella Lo había visto, se negaron a creerlo. 12Después de esto, Jesús se apareció en forma distinta a dos de ellos cuando iban de camino al campo. 13Y éstos fueron y se lo comunicaron a los demás, pero a ellos tampoco les creyeron. 14Después Jesús se apareció a los once discípulos cuando estaban sentados a la mesa, y los reprendió por su incredulidad y dureza de corazón, porque no habían creído a los que Lo habían visto resucitado. 15Y les dijo: "Vayan por todo el mundo y prediquen el evangelio a toda criatura. 16"El que crea y sea bautizado será salvo; pero el que no crea será condenado. 17"Y estas señales acompañarán a los que han creído: en Mi nombre echarán fuera demonios, hablarán en nuevas lenguas; 18tomarán serpientes en las manos, y aunque beban algo mortífero, no les hará daño; sobre los enfermos pondrán las manos, y se pondrán bien." 19Entonces, el Señor Jesús, después de hablar con ellos, fue recibido en el cielo y se sentó a la diestra de Dios. 20Y ellos salieron y predicaron por todas partes, colaborando el Señor con ellos, y confirmando la palabra por medio de las señales que la seguían. Ellas comunicaron inmediatamente a Pedro y a sus compañeros todas estas instrucciones. Y después de esto, Jesús mismo envió por medio de ellos, desde el oriente hasta el occidente, el mensaje sacrosanto e incorruptible de la salvación eterna. Las citas bíblicas son tomadas Nueva Biblia Latinoamericana © 2005 by The Lockman Foundation, La Habra, Calif, //www.lockman.org. Usadas con permiso. Bible Hub |