La Biblia de las Américas La fiesta de los Tabernáculos 1 Después de esto, Jesús andaba por Galilea, pues no quería andar por Judea porque los judíos procuraban matarle. 2 Y la fiesta de los judíos, la de los Tabernáculos, estaba cerca. 3 Por eso sus hermanos le dijeron: Sal de aquí, y vete a Judea para que también tus discípulos vean las obras que tú haces. 4 Porque nadie hace nada en secreto cuando procura ser conocido en público. Si haces estas cosas, muéstrate al mundo. 5 Porque ni aun sus hermanos creían en El. 6 Entonces Jesús les dijo: Mi tiempo aún no ha llegado, pero vuestro tiempo es siempre oportuno. 7 El mundo no puede odiaros a vosotros, pero a mí me odia, porque yo doy testimonio de él, que sus acciones son malas. 8 Subid vosotros a la fiesta; yo no subo a esta fiesta porque aún mi tiempo no se ha cumplido. 9 Y habiéndoles dicho esto, se quedó en Galilea. Jesús sube a la fiesta en secreto 10 Pero cuando sus hermanos subieron a la fiesta, entonces El también subió; no abiertamente, sino en secreto. 11 Por eso los judíos le buscaban en la fiesta y decían: ¿Dónde está ése? 12 Y había mucha murmuración entre la gente acerca de El. Unos decían: El es bueno. Otros decían: No, al contrario, extravía a la gente. 13 Sin embargo, nadie hablaba abiertamente de El por miedo a los judíos. Jesús enseña durante la fiesta 14 Pero ya a mitad de la fiesta, Jesús subió al templo y se puso a enseñar. 15 Entonces los judíos se maravillaban, diciendo: ¿Cómo puede éste saber de letras sin haber estudiado? 16 Jesús entonces les respondió y dijo: Mi enseñanza no es mía, sino del que me envió. 17 Si alguien quiere hacer su voluntad, sabrá si mi enseñanza es de Dios o si hablo de mí mismo. 18 El que habla de sí mismo busca su propia gloria; pero el que busca la gloria del que le envió, éste es verdadero y no hay injusticia en El. 19 ¿No os dio Moisés la ley, y sin embargo ninguno de vosotros la cumple? ¿Por qué procuráis matarme? 20 La multitud contestó: ¡Tienes un demonio! ¿Quién procura matarte? 21 Respondió Jesús y les dijo: Una sola obra hice y todos os admiráis. 22 Por eso Moisés os ha dado la circuncisión (no porque sea de Moisés, sino de los padres), y en el día de reposo circuncidáis al hombre. 23 Y si para no violar la ley de Moisés un hombre recibe la circuncisión en el día de reposo, ¿por qué estáis enojados conmigo porque sané por completo a un hombre en el día de reposo? 24 No juzguéis por la apariencia, sino juzgad con juicio justo. 25 Entonces algunos de Jerusalén decían: ¿No es éste al que procuran matar? 26 Y ved, habla en público y no le dicen nada. ¿No será que en verdad los gobernantes reconocen que este es el Cristo? 27 Sin embargo, nosotros sabemos de dónde es éste; pero cuando venga el Cristo, nadie sabrá de dónde es. 28 Jesús entonces, mientras enseñaba en el templo, exclamó en alta voz, diciendo: Vosotros me conocéis y sabéis de dónde soy. Yo no he venido por mi propia cuenta, pero el que me envió es verdadero, a quien vosotros no conocéis. 29 Yo le conozco, porque procedo de El, y El me envió. 30 Procuraban, pues, prenderle; pero nadie le echó mano porque todavía no había llegado su hora. 31 Pero muchos de la multitud creyeron en El, y decían: Cuando el Cristo venga, ¿acaso hará más señales que las que éste ha hecho? 32 Los fariseos oyeron a la multitud murmurando estas cosas acerca de El, y los principales sacerdotes y los fariseos enviaron alguaciles para que le prendieran. 33 Entonces Jesús dijo: Por un poco más de tiempo estoy con vosotros; después voy al que me envió. 34 Me buscaréis y no me hallaréis; y donde yo esté, vosotros no podéis ir. 35 Decían entonces los judíos entre sí: ¿Adónde piensa irse éste que no le hallemos? ¿Será acaso que quiere irse a la dispersión entre los griegos y enseñar a los griegos? 36 ¿Qué quiere decir esto que ha dicho: ``Me buscaréis y no me hallaréis; y donde yo esté, vosotros no podéis ir? La gran invitación 37 Y en el último día, el gran día de la fiesta, Jesús puesto en pie, exclamó en alta voz, diciendo: Si alguno tiene sed, que venga a mí y beba. 38 El que cree en mí, como ha dicho la Escritura: ``De lo más profundo de su ser brotarán ríos de agua viva. 39 Pero El decía esto del Espíritu, que los que habían creído en El habían de recibir; porque el Espíritu no había sido dado todavía, pues Jesús aún no había sido glorificado. 40 Entonces algunos de la multitud, cuando oyeron estas palabras, decían: Verdaderamente este es el Profeta. 41 Otros decían: Este es el Cristo. Pero otros decían: ¿Acaso el Cristo ha de venir de Galilea? 42 ¿No ha dicho la Escritura que el Cristo viene de la descendencia de David, y de Belén, la aldea de donde era David? 43 Así que se suscitó una división entre la multitud por causa de El. 44 Y algunos de ellos querían prenderle, pero nadie le echó mano. Los alguaciles confundidos 45 Entonces los alguaciles vinieron a los principales sacerdotes y fariseos, y éstos les dijeron: ¿Por qué no le trajisteis? 46 Los alguaciles respondieron: ¡Jamás hombre alguno ha hablado como este hombre habla! 47 Entonces los fariseos les contestaron: ¿Es que también vosotros os habéis dejado engañar? 48 ¿Acaso ha creído en El alguno de los gobernantes, o de los fariseos? 49 Pero esta multitud que no conoce de la ley, maldita es. 50 Nicodemo, el que había venido a Jesús antes, y que era uno de ellos, les dijo: 51 ¿Acaso juzga nuestra ley a un hombre a menos que le oiga primero y sepa lo que hace? 52 Respondieron y le dijeron: ¿Es que tú también eres de Galilea? Investiga, y verás que ningún profeta surge de Galilea. 53 Y cada uno se fue a su casa. Las citas Bíblicas son tomadas de La Biblia de las Américas © 1986, 1995, 1997 by The Lockman Foundation, La Habra, Calif, //www.lockman.org. Usadas con permiso. Bible Hub |