La Biblia de las Américas Setenta años de cautiverio 1 Palabra que vino a Jeremías acerca de todo el pueblo de Judá, en el año cuarto de Joacim, hijo de Josías, rey de Judá (éste era el primer año de Nabucodonosor, rey de Babilonia), 2 la cual el profeta Jeremías habló a todo el pueblo de Judá y a todos los habitantes de Jerusalén, diciendo: 3 Desde el año trece de Josías, hijo de Amón, rey de Judá, hasta hoy, en estos veintitrés años ha venido a mí la palabra del SEÑOR, y os he hablado repetidas veces, pero no habéis escuchado. 4 Y el SEÑOR os envió repetidas veces a todos sus siervos los profetas (pero no escuchasteis ni inclinasteis vuestro oído para oír), 5 diciendo: ``Volveos ahora cada cual de vuestro camino y de la maldad de vuestras obras, y habitaréis en la tierra que el SEÑOR os dio a vosotros y a vuestros padres para siempre; 6 no vayáis tras otros dioses para servirles y postraros ante ellos, no me provoquéis a ira con la obra de vuestras manos, y no os haré ningún mal. 7 Pero no me habéis escuchado--declara el SEÑOR-- de modo que me provocasteis a ira con la obra de vuestras manos para vuestro propio mal. 8 Por tanto, así dice el SEÑOR de los ejércitos: ``Por cuanto no habéis obedecido mis palabras, 9 he aquí, mandaré a buscar a todas las familias del norte--declara el SEÑOR-- y a Nabucodonosor, rey de Babilonia, siervo mío, y los traeré contra esta tierra, contra sus habitantes y contra todas estas naciones de alrededor; los destruiré por completo y los haré objeto de horror, de burla y de eterna desolación. 10 ``Y haré cesar de ellos la voz de gozo y la voz de alegría, la voz del novio y la voz de la novia, el sonido de las piedras de molino y la luz de la lámpara. 11 ``Toda esta tierra será desolación y horror, y estas naciones servirán al rey de Babilonia setenta años. 12 ``Después que se hayan cumplido los setenta años, castigaré al rey de Babilonia y a esa nación por su iniquidad--declara el SEÑOR-- y a la tierra de los caldeos la haré una desolación eterna. 13 ``Y traeré sobre esa tierra todas las palabras que he hablado contra ella, todo lo que está escrito en este libro que Jeremías ha profetizado contra todas las naciones. 14 ``(Pues también a ellos los harán esclavos muchas naciones y grandes reyes, y les pagaré conforme a sus hechos y conforme a la obra de sus manos). La ira de Dios contra las naciones 15 Porque así me ha dicho el SEÑOR, Dios de Israel: Toma de mi mano esta copa del vino del furor, y haz que beban de ella todas las naciones a las cuales yo te envío. 16 Y beberán y se tambalearán y enloquecerán a causa de la espada que enviaré entre ellas. 17 Entonces tomé la copa de la mano del SEÑOR, e hice beber de ella a todas las naciones a las cuales me envió el SEÑOR: 18 a Jerusalén y a las ciudades de Judá, a sus reyes y a sus príncipes, para ponerlos por desolación, horror, burla y maldición, como hasta hoy; 19 a Faraón, rey de Egipto, a sus siervos, a sus príncipes y a todo su pueblo; 20 a todos los extranjeros, a todos los reyes de la tierra de Uz, a todos los reyes de la tierra de los filisteos (es decir, Ascalón, Gaza, Ecrón y al remanente de Asdod); 21 a Edom, a Moab y a los hijos de Amón; 22 a todos los reyes de Tiro, a todos los reyes de Sidón y a los reyes de las costas que están más allá del mar; 23 a Dedán, a Tema, a Buz y a todos los que se rapan las sienes; 24 a todos los reyes de Arabia y a todos los reyes de los extranjeros que habitan en el desierto; 25 a todos los reyes de Zimri, a todos los reyes de Elam y a todos los reyes de Media; 26 a todos los reyes del norte, los de cerca y los de lejos, los unos con los otros, y a todos los reinos del mundo que están sobre la faz de la tierra. El rey de Sesac beberá después de ellos. 27 Y les dirás: ``Así dice el SEÑOR de los ejércitos, el Dios de Israel: `Bebed, embriagaos, vomitad, caed y no os levantéis a causa de la espada que yo enviaré entre vosotros.' 28 Y sucederá que si rehúsan tomar la copa de tu mano para beber, les dirás: ``Así dice el SEÑOR de los ejércitos: `Ciertamente vais a beber. 29 `Porque he aquí que comienzo a causar mal en esta ciudad que se llama por mi nombre, ¿y quedaréis vosotros sin castigo alguno? No quedaréis sin castigo, porque llamo a la espada contra todos los habitantes de la tierra'--declara el SEÑOR de los ejércitos. 30 Tú, pues, profetizarás contra ellos todas estas palabras, y les dirás: ``El SEÑOR rugirá desde lo alto, y dará su voz desde su santa morada; rugirá fuertemente contra su rebaño. Dará gritos como los que pisan las uvas contra todos los habitantes de la tierra. 31 ``Ha llegado el estruendo hasta el fin de la tierra, porque el SEÑOR tiene un pleito contra las naciones; entra en juicio contra toda carne; a los impíos, los entrega a la espada--declara el SEÑOR. 32 Así dice el SEÑOR de los ejércitos: He aquí, el mal va de nación en nación, y una gran tempestad se levanta de los confines de la tierra. 33 Y los muertos por el SEÑOR en aquel día estarán desde un extremo de la tierra hasta el otro. No los llorarán, ni los recogerán, ni los sepultarán; serán como estiércol sobre la faz de la tierra. 34 Gemid, pastores, y clamad; revolcaos en ceniza , mayorales del rebaño; porque se han cumplido los días de vuestra matanza y de vuestra dispersión, y caeréis como vaso precioso. 35 No habrá huida para los pastores, ni escape para los mayorales del rebaño. 36 Se oye el sonido del clamor de los pastores, y el gemido de los mayorales del rebaño, porque el SEÑOR está destruyendo sus pastos, 37 y son silenciados los rebaños apacibles a causa de la ardiente ira del SEÑOR. 38 Ha dejado como león su guarida, porque su tierra se ha convertido en horror por el furor de la espada opresora, y a causa de su ardiente ira. Las citas Bíblicas son tomadas de La Biblia de las Américas © 1986, 1995, 1997 by The Lockman Foundation, La Habra, Calif, //www.lockman.org. Usadas con permiso. Bible Hub |