10:1,2 Al lado de Moisés y Aarón, ninguna era más probable que sea honorable en Israel que Nadab y Abiú. Hay razones para pensar que estaban hinchados de orgullo, y que ellos se calentaron con el vino. Mientras el pueblo estaba postrado ante el Señor, adorando su presencia y gloria, se precipitaron en el tabernáculo para quemar incienso, aunque no en el tiempo señalado; los dos juntos, en lugar de uno solo, y con el fuego no tomado del altar. Si se hubiera hecho a través de la ignorancia, que habían sido autorizados a traer una ofrenda por el pecado. Pero la persona que hiciere con soberbia, en desacato a la majestad y la justicia de Dios, aquella alma será cortada de. La paga del pecado es muerte. Murieron en el acto mismo de su pecado. El pecado y el castigo de estos sacerdotes mostró la imperfección de ese sacerdocio desde el principio, y que no podía albergar ninguna desde el fuego de la ira de Dios, de otra manera que como era típico del sacerdocio de Cristo.

10:3-7 Las consideraciones más aquietar bajo aflicción se obtienen de la palabra de Dios. ¿Qué fue lo que le dijo Dios así? Aunque el corazón de Aarón debe haber estado lleno de angustia y consternación, sin embargo, con la sumisión silenciosa que venerado la justicia de la carrera. Cuando Dios nos o el nuestro por el pecado corrige, es nuestro deber de aceptar el castigo, y decir: ¡Es el Señor, que lo haga lo que le parezca bien. Cuando adoramos a Dios, llegamos a él cercana, como sacerdotes espirituales. Esto debe hacernos muy serio en todos los actos de devoción. Nos concierne a todos, cuando llegamos Acercaos a Dios, a hacer cada ejercicio religioso, como los que creen que el Dios con quien tenemos que hacer, es un Dios santo. Él se venga de los que profanan su nombre sagrado por insignificante con él.

10:8-11 No bebo vino o bebidas fuertes. Durante el tiempo que servían, se les prohibía que los sacerdotes. Se requiere de los ministros del evangelio, que no se les dan al vino, 1 Tim 3:3. Es, para que no muráis; morir cuando estáis en la bebida. El peligro de la muerte, a la que estamos expuestos continuamente, debe comprometer a todos a que sean prudentes.

10:12-20 aflicciones más bien nos deben acelerar nuestro deber, que nos llevan de la misma. Pero nuestra incapacidad para el servicio, cuando es natural y no es pecado, tendrá grandes márgenes autorizados para ello; Dios tenga misericordia, y no sacrificios. Vamos a aprovechar la solemne advertencia esta historia transmite. Cuando los fieles que profesan vienen con celo sin conocimiento, los afectos carnales, terrenal,,, pensamientos vanos de luz insignificantes, los dispositivos de culto voluntario, en lugar de la ofrenda del alma y del espíritu; a continuación, el incienso se ha encendido por una llama que nunca se ha bajado del cielo, que el Espíritu del Dios santo nunca envió dentro de sus corazones.